martes, 30 de enero de 2018

Algunas consideraciones sobre el amor

Si el pavo real tuviese alma, diría que estaría en la cola. Esta alma con cola o esta cola con alma sería en la pareja: el amor. La pareja como el pavo real despliega su amor, se ufana de él, dice todo lo que hace es por amor, el amor ante todo, el amor es maravilloso, etc.

A continuación, según MAD, algunas consideraciones sobre el amor:

1.- No se puede amar por mandamiento. Se ama porque nace hacerlo. No se ama por querer o por deber (Kant). No existe el deber de amar. El amor no puede ser un deber, no está sujeto a la voluntad (Russell). La obligatoriedad del amor, es el desamor. La obligatoriedad mata el amor.

2.- No se puede amar universalmente. El amor es el gran organizador de las distancias, el arquitecto de las jerarquías. Amamos a alguna persona o algunas personas, pero no a todas las personas  (Ortega y Gasset).

3.- Es indeseable proclamar a los cuatro vientos que el amor es la respuesta, si no se ha averiguado antes y bien cuál es la pregunta.

4.- El amor sin el conocimiento de uno mismo es manco, el amor no basta.

5.- El amor no crece con espontaneidad vegetal, el amor es un arte (Fromm). Es necesario comprender la inutilidad de hacer elogio de la luz y predicarla, cuando nadie puede verla, previamente hay que enseñar al hombre el arte de ver (Jung); de la misma forma, hay que enseñarle al hombre el arte de amar.

6.- Nuestra cultura concede extraordinaria importancia al amor, sobretodo al amor romántico, por ello, nuestra cultura es atípica. En otras culturas se considera una desgracia eso del fuego de la pasión y las uniones emocionales violentas.

7.- Nuestra cultura ha metido en el mismo saco: amor, sexo y matrimonio; sin darse cuenta que semejante combinación es disfuncional.

8.- Felices los amados, los amantes y los que pueden prescindir del amor (Borges).

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El amor y la amistad comparten un hecho común, su rareza. La rareza del amor es una rareza ordinaria, mientras que la rareza de la amistad es extraordinaria, entonces, el verdadero amor es ordinariamente raro y la verdadera amistad es extraordinariamente rara.

En nuestro idioma solamente tenemos un verbo relacionado con el amor, el amar. Con el verbo amar se designa una variedad de cosas interminables que lo convierte nuboso, vacío de contenido real.

Los latinos tenían dos verbos: amar y diligir.

San Agustín decía: ama y haz lo que quieras; sin embargo, el santo utilizaba el verbo diligir, con lo cual se entendería, cabalmente, como: dilige y haz lo que quieras.

Amare, el amor adhesivo. Se adhiere, se pega, se une, se ensimisma, quiere pegarse.
Diligere, el amor reflexivo (dilección). El amor cuidadoso, atento, responsable, valores.

El verbo diligir comunica mejor la concepción del amor que consta en la Biblia, en cambio el verbo amar es más carnal, pasajero (San Jerónimo).