lunes, 1 de julio de 2019

La felicidad según Ayn Rand

La felicidad no se puede conseguir consintiendo caprichos emocionales. 

La felicidad es un estado de alegría no-contradictoria, una alegría sin pena ni culpa, una alegría que no choca con ninguno de tus otros valores y no actúa en tu propia destrucción; no la alegría de escapar de tu propia mente, sino de usar el máximo poder de tu mente; no la alegría de falsear la realidad, sino de conseguir valores que son reales; no la alegría de un borracho, sino la de un productor.

La felicidad es posible solamente para un hombre racional, el hombre que solo quiere objetivos racionales, busca solo valores racionales y encuentra su alegría solo en acciones racionales.

La felicidad es ese estado de consciencia que procede de alcanzar los valores de uno.

Por la gracia de la realidad y la naturaleza de la vida, cada hombre es un fin en sí mismo, existe por su propio beneficio, y alcanzar su felicidad es su más alto objetivo moral.

La felicidad es ese estado de consciencia que procede del logro de los propios valores. 

Si un hombre valora el trabajo productivo, su felicidad es la medida de su éxito en el servicio de su vida. Pero si un hombre valora la destrucción (o la vida después de la muerte, como un místico), su supuesta felicidad es la medida de su éxito en el servicio de su propia destrucción.