lunes, 13 de marzo de 2017

[Parte 2] Breve resumen de "Los intelectuales y el socialismo" de F. A. Hayek

En particular, el pensamiento socialista debe su atracción a los jóvenes en gran parte a su carácter visionario, el coraje mismo para disfrutar del pensamiento utópico es en este sentido una fuente de fortaleza para los socialistas que el liberalismo tradicional lamentablemente carece.

Esta diferencia opera en favor del socialismo, no solo porque la especulación sobre los principios generales proporciona una oportunidad para el juego de la imaginación de aquellos que no están siendo ahogadas por el conocimiento tanto de los hechos de la vida actual, sino también porque satisface una legítima pretensión de la comprensión de la base racional de cualquier orden social y da margen para el ejercicio de ese impulso constructivo para que el liberalismo que después de haber ganado sus grandes victorias, dejó pocas salidas.

El intelectual, por su carácter general, no está interesado en los detalles técnicos o dificultades prácticas. Lo que apela a él son las visiones generales, la amplia comprensión del orden social en su conjunto que un sistema planificado promete.
(...)

Una vez que las demandas básicas de los programas liberales parecían satisfechas, los pensadores liberales se volvieron a los problemas de detalle y tendían a descuidar el desarrollo de la filosofía general del liberalismo, que, en consecuencia, dejó de ser un asunto de alcance, ofreciendo una visión para la especulación general.

(...)
Debemos ser capaces de ofrecer un nuevo programa liberal que apele a la imaginación. Debemos hacer que la construcción de una sociedad libre, sea una vez más una aventura intelectual, un acto de coraje. Lo que nos falta es una utopía liberal, un programa que no parezca ni una mera defensa de las cosas como son, ni una especie diluida de socialismo, sino un verdadero radicalismo liberal que no perdone a las susceptibilidades de los poderosos (incluido los sindicatos), que no sea muy severamente práctica, y que no se limite a lo que aparece hoy en día como políticamente posible. Necesitamos lideres intelectuales que estén dispuestos a trabajar por un ideal, por pequeñas que puedan ser las perspectivas de su pronta realización.

(...)
La principal lección que el verdadero liberal debe aprender del éxito de los socialistas es que fue su coraje de ser utópicos que les ganó el apoyo de los intelectuales y por lo tanto una influencia en la opinión pública que cada día hace posible lo que hace poco parecía totalmente distante.

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