martes, 1 de diciembre de 2009

¡Un drama en ocho (8) pasos!

Según León Trahtemberg, los dramas de la educación del joven peruano se resumen en ocho (8) pasos:

(1) El joven que termina su escolaridad no sabe nada, ni sabe hacer nada. Es un perfecto impotente.

(2) La metodología de trabajo autoritaria y dogmática de los profesores transmite el mensaje “ustedes son incapaces de hacer las cosas bien por sí mismos. El único que puede hacerlo es el maestro o el caudillo iluminado”.

(3) Las evaluaciones de los alumnos y estudiantes universitarios llevan a la conclusión de que los colegios y universidades no forman emprendedores ni ganadores sino acomplejados perdedores.

(4) Entréguenle al CEO de Yanacocha, Latam o Telefónica las reglas de gestión de la ingobernable escuela pública y quebrarán la empresa en 24 horas.

(5) ¿Quién le va a dar trabajo a los cientos de miles de estudiantes de educación superior en Contabilidad, Derecho y Administración que se acumulan en las aulas de la educación superior?

(6) Al preguntarle a un joven por qué no quiere ser científico, responde: “no quiero morirme de hambre”. Otro joven con vocación de Abogado postula a Economía. ¿Por qué? Contesta: “porque no estoy dispuesto a estudiar una profesión que me va a obligar a corromperme y ser corruptor de otros”.

(7) El 1° grado de primaria ya es tarde. ¿Cómo pueden correr juntos un atleta en la plenitud de sus capacidades con otro que tiene polio? Así es la competencia entre un niño de clase media y alta frente a un niño pobre sin adecuada nutrición, salud y estimulación temprana.

(8) La educación ha dejado de ser la escalera soñada de los pobres para su movilidad social y salir de la pobreza. La escuela pública dejó de ser una esperanza para convertirse en una condena.

¿Qué tan cierto es esto? Si lo es. Este es el reflejo de una sociedad en la cual uno de los motores fundamentales del desarrollo como es la educación ha fallado. Las políticas públicas no rinden frutos, los docentes no se quieren superar, los sueldos están por los suelos, los estudiantes no rinden, no hay infraestructura, el gremio frena el cambio, el Estado es ciego, los padres de familia no asumen su responsabilidad, a la sociedad no le importa. 
En fin, la más aguda contradicción ha nacido y cada día la confrontación se profundiza, la sociedad solo pide que los diferentes actores asuman su rol.

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