El TC fue para Europa una tabla de salvación a su precario sistema jurídico politizado desde 1793 con la famosa división de poderes (Montesquieu), que redujo a la judicatura como simple aplicador o boca de la Ley. Con la creación del TC se buscaba enderezar o equilibrar la torcida o desbalanceada original estructura de poderes; por ende, el sistema de control a través del TC no corresponde a una evolución del derecho constitucional moderno, sino una respuesta a la involución del sistema europeo-continental.
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'Los Falsos Testigos' de Teodoro Nuñez Ureta |
El Juez Marshall (Caso Marbury c. Madison) afirmó la supremacía del poder judicial sobre el legislativo, la potestad de la corte de anular las leyes del parlamento, la judicatura se convirtió en el poder (control jurídico) que neutralizaba todo el sistema político.
En el sistema europeo-continental la creación, el control e interpretación de la Ley recayó en el parlamento, erigiéndose un sistema legal vinculado al poder político. La falta de un derecho común e histórico hizo necesario la creación de un 'código napoleónico'. El derecho surgió de la cabeza de un solo hombre. El sistema legal nacido de la cabeza de algunos hombres iluminados en el parlamento. El parlamento omnipotente por encima de una judicatura relegada y subordinada generó inseguridad jurídica e inestabilidad de las instituciones.
Ante ello, fue necesario establecer un órgano especializado (TC) para liberar la legislación y jurisdicción del uso político de la ley. Sin embargo, este novel órgano no tardó en caer bajo el yugo del control político infectándose aun más el sistema (¿Y quién controlará a los controladores?).
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'Los Magistrados' de Teodoro Nuñez Ureta |
En el Perú, la creación del TC y CNM ha multiplicado la fuerza política del derecho, por ello, para lograr resultados positivos, por lo menos, debemos continuar la imitación europea. Al TC debemos entenderlo como un renacimiento o resurgimiento exógeno del PJ . El TC y PJ comparten la misma naturaleza y materia siendo uno solo, diferenciándose únicamente en que el TC puede desarrollar un cambio en la estructura de la justicia, siempre que sobrepongan el derecho a la política; por ende, no deben sentirse ajenos el uno del otro, pues con ello benefician al poder político.
El PJ debe reconocer al TC como la corte más elevada, debe aplicar sus fallos y seguir su jurisprudencia. El TC debe mejorar sus fallos fundándose en la razón de la historia que reposa en su propia jurisprudencia, sobreponiéndola sobre la voluntad del poder político.
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